martes, 24 de junio de 2008

te vas

Te soñé cerca de mí. En un espacio en el que crecimos juntos. Pero que yo hice más mío que tú. Madera blanca y paredes gastadas amarillas. Una silla. Dos espejos. Una ventana. Y algo de color negro que no recuerdo con exactitud lo que es. Una clase. No alcanzo a ver de lo que es. Sólo sé que yo soy participe de ella. En un momento determinado todo se pone tenue. Se siente como la clase ha terminado. Lo veo. Y tú estando de pie con tu usual ropa solo me miras y me dices que tienes que ir. Que es urgente y que no puedes esperar más. Tienes que terminar un trabajo que te demanda tiempo y que aquello es más importante que estar junto a mí. Te vas pero te sigo. Siento una angustia en el corazón. Y siento que te voy a perder. Nos vamos de aquel lugar. Estamos situados al aire libre entre árboles conocidos para mí. Pasto. Vegetación. Pero hay paredes azules. Te miro un poco más arriba que tú. Estoy sobre un peldaño. Me lanzo a tus brazos. Me recibes solo por la dirección en que mi movimiento esta dirigido. Caemos al suelo y tu mirada esta perdida en el cielo. Mientras yo sigo teniendo estos latidos tan fuertes como nunca. Tan fuertes como la primera vez. Sin embargo. Te siento lejos. Que tus horizontes han cambiado. Ya no miramos hacia el mismo objetivo. Me entristezco. Me pongo de pie. Al mismo tiempo que tú. Nadie se ayuda a levantar. Y no hay nadie que nos ayude a seguir. Solo nosotros. Solo soledad. Al final te dejo ir. En tu angustia de terminar lo que comenzaste. Siento como anhelas irte ya. Mi corazón se siente roto y avergonzado. No cruzare camino contigo otra vez. Eso es lo que tú me expresas. Yo avanzo hacia un antiguo templo de movimiento donde di mis primeros pasos. Tú en tu dirección. Al igual que un río que separa el hombre y al pasar por la lluvia y la crecida del agua vuelve a su caudal original. Así te vas. Yo a la izquierda. Tú a la derecha. Yo sigo mi camino. Tú sales de donde estábamos juntos. Te miró por última vez. No veo bien a donde vas. Pero mis manos sienten ruido y bulla. Te espero a que mires atrás. Te espero. Solo sigues. Apurado. Sin mirar atrás. Con un dolor en el corazón. Que no lo puedo explicar. Pero entiendo. Que es así como tiene que ser. Hago un punto y coma. Debo volver a moverme y seguir. Dejo que mi ser se calme. Aun que mi respiración esta agitada. Siento ruidos ajenos. Me despierto.